Territorios Libres de Transgénicos en Costa Rica y establecimiento de Centros Comunitarios de Protección de Semi llas Campesinas

Por: Fabián Pacheco y Eduardo Agüero¹

En aras de fortalecer los Territorios Libres de Transgénicos establecidos en Costa Rica, desde la Alianza Centroamericana de Protección a la Biodiversidad, estamos trabajando en el establecimiento de Centros Comunitarios de Protección de Semillas Campesinas (CCPS) en diversas partes de nuestro país. El 31 de octubre del presente año, en la Finca Integral Didáctica Loroco, en el municipio de Talamanca, aconteció la siembra del primer CCPS en Costa Rica.
Los centros comunitarios de protección de semillas tienen como objetivo convertirse en verdaderos santuarios de agrodiversidad que facilitan el intercambio de semillas entre agricultoras y agricultores de diferentes comunidades locales. Dichos centros tienen la capacidad de dar manejo adecuado para que las semillas mantengan excelentes condiciones de viabilidad y vigorosidad y con ello se logre dar una protección eficaz al patrimonio agrícola heredado por nuestros ancestros.
Con la participación activa de más de 40 personas de diversas comunidades del cantón de Talamanca se realizó el encuentro en defensa de las semillas en la Finca Loroco. La jornada de trabajo inició con un desayuno de alimentos agroecológicos, producto del trabajo agrícola de la gente que participaba en el taller. Seguidamente se ofrecieron charlas sobre los riesgos e impactos que los organismos transgénicos presentan al ambiente y la gente. Además se impartió una capacitación técnica en el manejo y producción de semillas donde se abordaron temas como el curado de las semillas para eliminar plagas en el almacenamiento de las mismas, técnicas de polinización y selección de plantas en campo, deshibridación, familias botánicas y sus respectivas formas de polinización, entre otros temas. Los participantes del taller aportaron muestras importantes de semillas de toda la localidad que permitieron consolidar el CCPS y al mismo tiempo facilitar el intercambio de las mismas entre los(as) participantes.
La Finca Integral Didáctica Loroco, lugar donde se estableció el primer CCPS de Costa Rica, es un verdadero ejemplo de cómo la agroecología más allá de ser una técnica de producción sustentable es una forma de vivir en armonía. La familia Moreno Vargas, fundadora de este maravilloso lugar, refleja un absoluto orgullo y bienestar. La finca Loroco es sin lugar a dudas un excelente ejemplo de producción diversificada e integrada. Abundancia y calidad son dos palabras que describirían los alimentos que la Tierra brinda a dicha familia, alimentos producto del trabajo en amor con las cosas sagradas de la Tierra. Por encima de producir alimentos básicos de la dieta mesoamericana como: maíz, frijol, ayote, pipián, entre otros, se producen cultivos no tradicionales como soja, frijol mungo, gandul, loroco, amaranto,² sorgo, entre muchos otros alimentos que brindan además del sustento diario una fuente de ingresos importante a la familia. Durante el taller realizado en esta finca los participantes realizaron un recorrido guiado por la Finca Integral Didáctica Loroco. La sanidad de las plantas y la generosidad de las cosechas dicen más que mil palabras y conferencias sobre las bondades y ventajas que presenta la agroecología al ambiente y a la gente. Sin lugar a dudas esta finca ahora con el Centro Comunitario de Protección de Semillas recién inaugurado dará más luz a muchas otras familias en el cantón de Talamanca.
El cantón de Talamanca fue declarado como cantón ecológico y libre de cultivos transgénicos el 18 de noviembre del 2008. Talamanca es una región etnodiversa donde grupos indígenas como los Cabécares y Bribris son guardianes de una valiosa herencia de diversidad agrícola y silvestre. El 86% del territorio está protegido y es en este lugar donde se encuentra una de las selvas más exuberantes de la región. En el acuerdo municipal queda definido: Declarar Talamanca cantón ecológico y libre de transgénicos. A la vez convocar a todas las municipalidades de Limón y del país en general, para que armados de valor salgamos a defender el derecho de nuestras familias campesinas e indígenas a sembrar su propia comida, entendiendo que las semillas criollas son patrimonio de la humanidad. Estos recursos, deben estar en manos de nuestras comunidades y no de empresas trasnacionales. Solicitamos que siguiendo nuestro ejemplo, en cada municipalidad de Costa Rica se encienda la chispa patriótica y se haga la declaratoria respectiva de cantón ecológico y libre de Transgénicos.
En Costa Rica existen ya ocho cantones que se han declarado territorios libres de transgénicos, conscientes de que el sustento de dichas declaratorias debe tener un fuerte arraigo en la base social. Desde la Alianza Centroamericana de Protección a la Biodiversidad estamos dando un fuerte acompañamiento a estas comunidades en la protección de su patrimonio agrícola y cultural por medio del establecimiento de los CCPS.
Un territorio libre de transgénicos es el mejor ejemplo de autodeterminación comunitaria en favor de los derechos más fundamentales de los(as) agricultores(as) y en defensa de las semillas campesinas. Porque las semillas campesinas tienen miles de años de venir siendo mejoradas y cultivadas por nuestros antepasados, hoy sembraremos centros de semillas y territorios liberados para llenar nuestras huertas, ollas y cocinas de una nueva bioesperanza con semillas y semillas.

Fuente:

Notas:
1 Fabián Pacheco Rodríguez pertenece a la Red por una América Latina Libre de Transgénicos y a la Alianza Centroamericana de Protección a la Biodiversidad. Eduardo Agüero Coto es de la Alianza Centroamericana de Protección a la Biodiversidad y la Red de Coordinación en Biodiversidad.
2 El loroco y el amaranto sí se conocen como cultivos precolombinos. El loroco, nativo de Centroamérica, se identifica también por su nombre indígena Quilite, «hierba nutritiva». Sus flores son utilizadas en El Salvador y otros países centroamericanos en la llamada pupusa, tortilla gruesa de maíz hecha a mano.
El amaranto, por su parte, es uno de los cultivos más antiguos de Mesoamérica. Los primeros datos de esta planta se remontan a 10 mil años según algunos investigadores, y otros, como Juan Manuel Vargas, de la Universidad de Sonora, señala que las muestras arqueológicas del grano de amaranto o Amaranthus cruentus, halladas en Tehuacan, Puebla, datan del año 4 000 a.C. e indican que probablemente se originó en América Central y del Sur. Aún hoy en México se encuentra con facilidad el amaranto de varias maneras como por ejemplo la «alegría de amaranto», un turrón de amaranto y miel, que puede llevar pasitas o cacahuates y estar saborizado con chocolate.

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¿De quién es la responsabilidad y compensación por los daños causados por los OMG?

El año 2010 fue declarado Año de la Biodiversidad de la ONU. Según el Secretario de la Convención sobre la Diversidad Biológica de la ONU, Oliver Hillel: «Estamos perdiendo la biodiversidad a un ritmo mil veces mayor que la tasa normal en la historia de la tierra […]»

Entonces, de acuerdo a las predicciones de los científicos, para el año 2030 podríamos estar con un 75% de las especies vegetales y animales en peligro de extinción. Hoy ese número es de 36%. Una de las causas sugeridas por la FAO para este fenómeno es la homogeneización de la base genética de los campos cultivados en el mundo con la introducción de semillas híbridas y transgénicas.

En junio de este año, en la 3ª Reunión del Grupo de Trabajo sobre responsabilidad y compensación por daños resultantes de actividades con OVM, se aprobaron 19 de los 21 artículos que regulan el régimen internacional de responsabilidad por daños y perjuicios. Menos de cuatro meses para el MOP Conferencia de las Partes, las cuestiones clave de la eficacia del Protocolo permanecen abiertas.

La tercera reunión en junio de este año en Kuala Lumpur, el «Grupo de Amigos de los Co-Presidentes» fue un paso más cerca de concluir las negociaciones del Protocolo Complementario al Protocolo de Cartagena, que establecerá nuevas normas y procedimientos internacionales sobre responsabilidad e indemnización por los daños causados por los movimientos transfronterizos de organismos vivos modificados (OVM). La primera reunión se celebró en Ciudad de México en marzo de 2009 y la segunda en Putrajaya Lumpur/Kuala en febrero de 2010.

Durante la COP 10/MOP5, que desde hoy se celebra en Nagoya (Japón), acabará el mandato del Grupo de Amigos «para finalizar los debates sobre el régimen internacional, y los países deben votar en la Quinta Reunión de las Partes (parte de la reunión), también en Nagoya. El objetivo es definir un régimen internacional vinculante con medidas administrativas para prevenir, mitigar y contener el daño causado por el comercio de organismos vivos modificados.

Temas polémicos

Durante la MOP4 en Bonn (2008), las Partes acordaron establecer un régimen internacional sobre responsabilidad y compensación con las disposiciones jurídicamente vinculantes con enfoque administrativo, por el cual los Estados Partes podría tomar medidas de respuesta en caso de daños. Por lo tanto, la responsabilidad por daños y perjuicios sería un problema a ser resuelto entre la entidad responsable (operador) y la rama ejecutiva del gobierno. Las normas también contienen una disposición obligatoria sobre la responsabilidad civil que obligaría al derecho de las Partes (países) aplicar leyes y políticas nacionales relativas a la responsabilidad y compensación. Las disposiciones sobre responsabilidad civil por daños causados a terceros derivados de las actividades con OVM supone un apego a las «Directrices no son vinculantes», con el objetivo de analizar la necesidad de redactar un instrumento vinculante desde la entrada en vigor del régimen internacional la administración.

Los temas de mayor controversia sobre el asunto, y que había impedido un entendimiento común entre las Partes en el Protocolo para el establecimiento de disposiciones administrativas, son los siguientes:

a) el concepto de daño y la amenaza inminente de daño;

b) el concepto de operador (si alguien que tenga el control operativo en el momento del daño, o los responsables de la cadena de producción, de la sociedad holding de la tecnología y la producción nacional al notificador, exportador, importador, transportista y vendedor de);

c) si también hay regulaciones para los productos derivados de organismos vivos modificados -sus productos- (que no tiene la capacidad de replicarse o de transferir material genético);

d) si habrá un límite de tiempo y la necesidad financiera de responsabilidad y compensación por daños causados por organismos vivos modificados;

e) seguro obligatorio (garantía financiera para el cumplimiento de la responsabilidad);

f) el suministro obligatorio de responsabilidad civil;

g) la creación o la ausencia de un régimen vinculante de responsabilidad civil en el futuro (después de la entrada en vigor del Protocolo Complementario se evaluarán para establecer un régimen vinculante de responsabilidad civil y compensación) y;

h) la relación del Protocolo complementario de otras obligaciones internacionales (se refiere principalmente a los acuerdos de libre comercio en la OMC).

Fue apenas la tercera reunión en junio en Kuala Lumpur, Malasia, que el núcleo del régimen internacional sobre responsabilidad y compensación dio un paso más cerca hacia la terminación, y ha sido un enfoque flexible del dispositivo del Protocolo: la seguridad financiera necesaria para garantizar que las medidas apropiadas en caso de daños a aplicarse de manera efectiva. Además, la decisión de si los productos derivados de organismos vivos modificados (tanto productos) entrará en el ámbito de aplicación del Protocolo no ha sido decidido. Estas fueron las dos últimas cuestiones pendientes que trató el Grupo de Amigos en la reunión del 6 al 8 octubre en (Nagoya / Japón).

¿Por qué un régimen internacional sobre responsabilidad por daños y perjuicios derivados de las actividades con OGM es tan inquietante?

Sólo el hecho de que haya un proceso de negociaciones en la COP-MOP sobre un régimen internacional sobre responsabilidad y compensación, en sí mismo es visto como una forma de socavar la «seguridad jurídica» de las transacciones relacionadas con transgénicos. Por un lado, los países de la OMC han impuesto restricciones a las barreras comerciales para los productos y servicios. Por otra parte, los países parte del Protocolo de Cartagena, de acuerdo con el principio de precaución, tienen el poder de decir no a determinados productos modificados genéticamente que consideran potencialmente peligrosos para la biodiversidad y la salud pública.

La cuestión de los fondos o garantías financieras para la compensación por daños y perjuicios, siempre en el art. 12 del proyecto de Protocolo complementario, es visto como un obstáculo no arancelario al comercio de organismos vivos modificados. Para que el comercio de organismos vivos modificados y sus productos derivados sea económicamente factible, los sectores relacionados con la biotecnología y la agroindustria están presionando a sus gobiernos para desinflar el concepto de régimen de responsabilidad internacional, en especial lo que tiene relación con los OVM inherentemente peligrosos, como por ejemplo «amenaza inminente de daño» y la necesidad de mantener un seguro obligatorio para prevenir, contener y reparar el daño causado por el comercio de transgénicos.

Diez países se opusieron a la inclusión de las previsiones de la garantía financiera: Brasil, Paraguay, Ecuador, México, Colombia, Costa Rica, Cuba, Panamá, Sudáfrica y Nueva Zelanda. Brasil y Paraguay insisten en que no aceptan las disposiciones relativas a la seguridad financiera, mientras que otros indicaron que estaban dispuestos a trabajar en el texto y encontrar un lenguaje de compromiso. Según la ONG internacional Red del Tercer Mundo (TWN), Brasil y Paraguay acaban de sugerir que un compromiso se puede encontrar en Nagoya. Por otra parte, el Grupo de África (excepto Sudáfrica), Liberia, Camerún, Egipto, Malasia, India, Bolivia, Perú, la Unión Europea, Suiza y Noruega, argumentaron a favor de una disposición obligatoria sobre la necesidad de seguridad financiera . Suiza y la Unión Europea indicaron que ya se lo exije en sus legislaciones nacionales.

Es necesario hacer hincapié en que el gobierno brasileño ha ayudado en el proceso de negociaciones a socavar la eficacia y la aplicabilidad del Protocolo Complementario sobre responsabilidad y compensación. Con 21 variedades transgénicas liberadas, incluida la soja, el maíz y el algodón; el país está fuertemente opuesto al mantenimiento de las garantías financieras para llevar a cabo las medidas adecuadas en caso de daños a la biodiversidad. El gobierno de Brasil y otros grandes exportadores de organismos genéticamente modificados commotidies, como Paraguay, Colombia, México, China y Sudáfrica, o se opusieron a la inclusión del concepto de «daño inminente» o abogaron por la aplicación del concepto sólo en relación con las medidas respuesta (las medidas adoptadas en respuesta a los daños causados por los OMG) y la eliminación de la mención del concepto del resto del texto.

Mientras tanto, países como Perú, Bolivia, Malasia, Corea del Sur, Noruega, el Grupo Africano (excepto Sudáfrica) y la propia UE, apoyan firmemente el concepto, argumentando que es esencial para lograr los objetivos del Protocolo de Cartagena, es un enfoque administrativo para manejar las responsabilidades, para incluir una función preventiva.

¿Cómo fueron las definiciones de conceptos?

Según el informe de la organización no gubernamental Red del Tercer Mundo, algunos conceptos más controvertidos que conforman el núcleo del protocolo fueron aprobadas. Los dispositivos que se acordaron por último, se encuentran: (i) la probabilidad y riesgo de daño suficiente para «sustituir el concepto ya establecido de la amenaza inminente de daño (ii)» operador», la responsabilidad (iii), y la relación con el Protocolo otro tratado, en relación con los acuerdos alcanzados en la Organización Mundial del Comercio.

A pesar de las victorias sobre la adopción de un concepto más amplio de operador, el mantenimiento de la idea general trajo el concepto de «daño inminente» a la necesidad de ampliar el ámbito de aplicación del Protocolo para la adopción de medidas preventivas, y también aprobó el dispositivo sobre la obligación de los países a establecer sistemas nacionales de responsabilidad, aún hay retos que superar. El vaciamiento del concepto de daños -difícil de probar hechos- y la falta de consenso sobre la obligación de mantener las garantías financieras para apoyar las medidas necesarias podría socavar la aplicabilidad del régimen internacional sobre responsabilidad y compensación por los movimientos transfronterizos de los OVM.

Los 192 países que son Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) reconocen claramente el potencial de daño de los OMG en la conservación de la biodiversidad in situ. Según el dispositivo de 8 «g», los estados deben «establecer o mantener medios para regular, administrar o controlar los riesgos asociados con el uso y liberación de organismos vivos modificados resultantes de la biotecnología que puedan tener efectos adversos impactos ambientales que podrían afectar a la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica, teniendo también en cuenta los riesgos para la salud humana». Preocupados por los daños a la conservación y utilización sostenible de la biodiversidad en condiciones in situ (el entorno), las partes acordaron, en el art. 19.3 de la CDB, la necesidad de crear un protocolo que establezca las medidas y procedimientos apropiados en relación con las actividades que implican los organismos genéticamente modificados.

Para ello, el CDB también dispone en su art. 14.2, la Conferencia de las Partes (COP) examinar las cuestiones de responsabilidad y compensación, incluida la restauración y reparación de los daños a la diversidad biológica. Así, en 1992 – cuando se firmó el Convenio sobre la Diversidad Biológica y sus formas de conservación y utilización sostenible – hasta enero de 2000, se gestó el texto final del Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología para regular la transferencia, manipulación y utilización de organismos vivos modificados que puedan tener efectos adversos para la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica.

Con el establecimiento del presente Protocolo Complementario al Protocolo de Cartagena (que establecerá un régimen internacional sobre responsabilidad y reparación), que permitirá a los Estados Partes y las víctimas afectadas tener acceso a los mecanismos para tomar medidas preventivas y de reparación adecuada.

Estas medidas sólo serán posible si existen suficientes garantías financieras establecidas para llevarlos a cabo, así como los sistemas jurídicos nacionales e internacionales en los que el pago está disponible, el ejemplo de tribunales especiales internacionales (como la Corte Permanente de Arbitraje y su Reglamento facultativo para el arbitraje de controversias relativas a los recursos naturales y el medio ambiente), así como la posibilidad de acceso a la jurisdicción nacional y / o jurisdicción internacional (el lugar del daño o del domicilio del demandado).

El año 2010 fue declarado Año de la Biodiversidad de la ONU, y con ella el reconocimiento de la drástica erosión genética que enfrenta la diversidad biológica y de los animales salvajes. Según el Secretario de la Convención sobre la Diversidad Biológica de la ONU, Oliver Hillel: «Estamos perdiendo la biodiversidad a un ritmo mil veces mayor que la tasa normal en la historia de la tierra […]. Entonces, de acuerdo a las predicciones de los científicos, para el año 2030 podríamos estar con un 75% de las especies vegetales y animales en peligro de extinción. Hoy ese número es de 36%. Una de las causas sugeridas por la FAO para este fenómeno es la homogeneización de la base genética de los campos cultivados en el mundo con la introducción de semillas híbridas y transgénicas.

La Evaluación Internacional del Conocimiento, Ciencia y Tecnología y de Desarrollo Agrícola (IAASTD), preparado por la FAO en cinco regiones del mundo, dice que el sistema productivista convencional es ineficiente energéticamente y para el medio ambiente. También certifica que la actual generación de cultivos transgénicos no constituye una forma para acabar con el hambre que afecta a millones de personas en todo el mundo. Los daños al patrimonio genético y el desarrollo cultural de los países e incluso la salud pública de los ciudadanos, derivados de la introducción y la contaminación genética llevada a cabo por los monocultivos de transgénicos, son incalculables.

Los costos de medidas preventivas y de reparación para la conservación de esta biodiversidad silvestre y cultivada, teniendo en cuenta la salud humana, debe recaer en los sectores que se benefician de la inclusión de organismos modificados genéticamente. De lo contrario la empresa pagará por ello de forma unilateral, y no sólo económicamente, sino también con la pérdida de las bases para sostener la vida en la tierra, como un medio ambiente ecológicamente equilibrado y el acceso a una alimentación adecuada.

http://ecoportal.net/content/view/full/96034

Lanzamiento de la etiqueta ‘Soja Responsable’ enfrenta enorme oposición

LANZAMIENTO DE LA ETIQUETA ‘SOJA RESPONSABLE’ ENFRENTA ENORME OPOSICION

BRUSELAS (BELGICA), 9 de junio de 2010 – Hoy una conferencia de la Mesa Redonda de Soja Responsable (MRSR) en San Pablo, Brasil, pretende lanzar un esquema para etiquetar soja ‘responsable’ pero la propuesta no detendrá la deforestación, advirtieron hoy en una carta 235 grupos de todo el mundo. [1]

Los 235 grupos, entre ellos Amigos de la Tierra Internacional y Corporate Europe Observatory, escribieron para oponerse al esquema de certificación de la MRSR, dicendo que la nueva etiqueta no detendrá la deforestación y que ademas podría facilitar que el aceite de soja sea utilizado para cumplir con las metas de agrocombustibles de la Union Europea.

Esto a pesar de la evidencia que el agrocombustible biodiesel hecho a partir de la soja es peor para las emisiones climáticas que los combustibles fósiles.. [2]

El esquema también etiquetará la soja transgenica, o genéticamente modificada (GM), como ‘responsable’, a pesar de la creciente evidencia de sus riesgos para la salud humana y el medio ambiente. La soja GM resistente al herbicida glifosato está aumentando el uso de otros químicos peligrosos ya que los yuyos desarrollan resistencia al glifosato.[3]

Estos químicos han tenido impactos devastadores en comunidades locales en América del Sur. La expansión de la soja también ha provocado desalojos violentos de pequeños productores. [4].

El etiquetado de la MRSR también fue rechazado por importantes actores en la industria de la soja en Brasil, como ABIOVE y APROSOJA, que se niegan a firmar siquiera para flexibilizar las normas sobre la prevención de la deforestación. [5]

Kirtana Chandrasekaran de Amigos de la Tierra Internacional dijo:

«Este esquema es una farsa – le pondrá una etiqueta de ‘responsable’ a la soja genéticamente modificada plantada en tierras deforestadas. Las empresas que la utilizan simplemente harán enfadar a la sociedad civil y a los consumidores en Europa y América del Sur, que exigen alimentos libres de transgénicos y soluciones genuinas a la deforestación y al cambio climático».

Grandes extensiones de selva tropical y pradera son destruidas cada año en América del Sur debido a la producción de soja a gran escala para alimento animal y agrocombustibles en Europa. [6].

La cría intensiva de ganado en Europa depende de la importación de soja barata para alimento animal, lo que provoca contaminación, impactos en la salud y pérdida de sustento en el medio rural. La soja también es importada para utilizar como agrocombustible.

Kirtana Chandrasekaran agregó:

«En lugar de poner una etiqueta de ‘responsable’ a un producto irresponsable, debemos revisar la cría de ganado intensiva en Europa. Esto sería una buena noticia para los productores, consumidores y para el medio ambiente y disminuiría la huella de carbono mundial de Europa. Necesitamos actuar para lograr esto, no una estafa ecológica».

Nina Holland de Corporate Europe Observatory en Bruselas, dijo: «En América del Sur las comunidades están luchando contra la expansión de la soja que se apropia de cada vez más tierras y recursos. Tan solo empresas como Monsanto y Cargill se benefician de la producción industrial de soja y también son la principal fuerza detrás de esta etiqueta de lavado verde».

Amigos de la Tierra Europa, Amigos de la Tierra Internacional, Corporate Europe Observatory y otras 235 organizaciones solicitan:

* Que se eliminen progresivamente las plantaciones industriales de soja y en su lugar se promuevan sistemas de producción agroecológica de cultivos locales

* Reformas agrarias reales y derechos de la tierra en los países donde se produce soja

* Disminuir el consumo excesivo y el derroche en el mundo industrializado

* Abandonar la producción intensiva de carne, productos lácteos y huevos y cambiar hacia sistemas de ganado en pie de bajo costo

* Detener la promoción de la producción de agrocombustibles como una solución al cambio climático para los países ricos y en su lugar desarrollar mejores sistemas de transporte que disminuyen la demanda de energía y combustible.

POR MAS INFORMACION CONTACTAR

Martin Drago, Co-coordinador del Programa de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra Internacional

Tel: (+ 5982) 9022355 ­ 9082730 y celular en Uruguay: (+ 598 99) 138559 o por correo martin.drago

Nina Holland , Corporate Europe Observatory, Tel: +31 630 285 042 (movil holandés) o por correo nina

En inglés:

Kirtana Chandrasekaran, Co-coordinadora del Programa de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra Internacional

Tel: +44 (0) 20 7566 1669 y +44 (0) 79619 86956 (Inglaterra)

NOTAS

[1] Según los principios previamente acordados de la MRSR, la soja «responsable» puede ser cultivada en tierra que haya sido deforestada desde mayo de 2009. La soja «responsable» incluso puede ser cultivada en tierra que será deforestada en el futuro. Ver www.responsiblesoy.org

[2] La MRSR está intentando ganar acreditación en virtud de la Directiva de Energía Renovable (RED) de la UE que contiene la meta de 10% de producción de agrocombustibles ampliamente rechazada. Sin embargo, investigaciones recientes de la Comisión Europea demuestran que los agrocombustibles producidos a partir de la soja pueden provocar 4 veces más emisiones que los combustibles fósiles. Ver «Soy production and certification: the case of Argentinean soy-based biodiesel», Tomei, Semino et al, 2010.
Por más información sobre los impactos de la MRSR y la lista completa de las 235 organizaciones firmantes, ver:

www.corporateeurope.org/system/files/files/openletter/2010_RTRS+Letter+-+Final-signatures+%281%29.pdf

[3] Cifras del Departamento de Agricultura de Estados Unidos indican que 26% más pesticidas son utilizados en los cultivos GM en comparación con los cultivos convencionales. En Brasil, el uso de glifosato aumentó casi 80% en los años de plantación. Ver http://www.foeeurope.org/press/2008/Feb13_GM_crops_pesticide_poverty.html

[4] Por más información sobre los impactos ambientales y sociales de la soja, ver: www.foe.co.uk/resource/briefings/livestock_impacts.pdf

[5] ABIOVE – representa al 72 por ciento del volumen de soya procesado en el estado de Mato Grosso – responsable de alrededor de 30 por ciento de la producción nacional en Brasil, le dio la espalda a la MRSR debido a discrepancias sobre la inclusión de una cláusula muy débil sobre deforestación. Ver www.nevedi.nl/UserFiles/File/ABIOVE%20uit%20RTRS.pdf

[6] La UE utiliza más de 16 millones de hectáreas de tierra de cultivo cada año, en su mayoría de América del Sur, para alimentar a su ganado y cada vez más para el combustible de sus autos.
Ver www.foe.co.uk/resource/briefings/livestock_impacts.pdf

Transgénicos y Seguridad Alimentaria

Voces

La Habana, 7 oct.- El debate alrededor de los alimentos transgénicos se hizo presente en otro espacio de la capital cubana. Bajo el título «Transgénicos y seguridad alimentaria», el Centro Cultural «Dulce María Loynaz» efectuó, el pasado miércoles 6, un panel para reflexionar y dialogar sobre la cultura de la salud.
La mesa estuvo integrada por dos de los principales científicos que han estimulado las deliberaciones sobre el tema, el agroecólogo Fernando Funes y el filósofo Carlos Delgado, quienes profundizaron en el análisis de las nuevas tecnologías, los modelos agroculturales y su impacto en la alimentación.
El tema fue presentado como parte de las actividades por el Día Mundial de la Alimentación. Se recordó allí que la FAO reconoce la potencialidad de los alimentos transgénicos para paliar el hambre y la desnutrición que afectan a millones de seres humanos en el planeta.
No obstante, “en la agricultura es necesario aprovechar las condiciones locales para tener una producción diversificada, que haga que yo no dependa de un mercado externo, ni de insumos, ni de productos terminados para poder autoabastecerme”, enfatizó Delgado al referirse a la seguridad alimentaria.
“No se puede decir nada absoluto con respecto a las nuevas tecnologías: ni rechazarlas ni aceptarlas a ciegas. Las nuevas tecnologías representarán siempre un conjunto de oportunidades y de riesgos”. Así se expresó el filósofo, quien recalcó la necesidad de una evaluación y un control social de estas tecnologías.
María Victoria Luna, funcionaria del Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos (INHA), dio fe de las evaluaciones realizadas al maíz FR-Bt1 en su institución. El Registro Sanitario de Alimentos del INHA evaluó todos los aspectos relacionados con la inocuidad de los alimentos, requeridos para poder autorizar la siembra de este maíz en el país.
Delgado considera que el asunto de las decisiones sociales y la amplia participación pública para la toma de esas decisiones “es el talón de Aquiles de Cuba, y la gran posibilidad que Cuba tiene”. A su vez, reclama la participación de otros actores sociales involucrados en el tema, sobre todo a los campesinos.
Las limitaciones de los espacios de debate sobre este tema fueron mencionadas por el biólogo Carlos Martínez. “La prensa nacional no ha sido capaz de absorber el debate; los que estamos preocupados por el tema hemos tenido que mover el debate a Internet”, puntualizó el científico.
Fernando Funes, por su parte, hizo reconocimiento a los veinte años de desarrollo del modelo agroecológico cubano, y comentó acerca de la capacidad de la isla para generar su propia tecnología y su propia visión acerca de la producción de alimentos.
Para Funes no son compatibles los transgénicos con el modelo agroecológico. “Miles de personas han trabajado duramente para modificar la agricultura cubana en una agricultura más resiliente al cambio climático, producir una variedad de maíz que tiene la capacidad de soportar la sequía, los cambios en la temperatura, y que son parte de la tradición y la cultura campesina”, aseveró el investigador.
Según el agroecólogo, la tecnología de los transgénicos implica la recuperación de un modelo agrícola convencional, de altos insumos, altamente dependiente de decisiones externas, y que quitan autonomía al agricultor.
El espacio «Letra con Vida», culminó con la presentación del libro: «Transgénicos ¿Qué se gana?, ¿Qué se pierde? Textos para un debate en Cuba», compilados por Fernando Funes y Eduardo Freyre, y publicado por el Centro Félix Varela. (2010)

FUENTE: Cuba a la mano

Se abre debate cubano sobre transgénicos

Patricia Grogg entrevista al agroecólogo FERNANDO FUNES-MONZOTE * – IPS/IFEJ

Quien crea que la introducción de transgénicos es un problema exclusivo de la ciencia, se equivoca, afirma en esta entrevista exclusiva el agroecólogo cubano Fernando Funes-Monzote.

LA HABANA, 4 oct (Tierramérica).- La siembra en varias provincias de Cuba de un maíz transgénico obtenido por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología pone en riesgo la biodiversidad y contradice el esquema de producción agrícola promovido por el propio gobierno, advirtió el agroecólogo cubano Fernando Funes-Monzote.
Funes coordinó en septiembre un encuentro de especialistas preocupados por el tema con directivos y personal del Centro Nacional de Seguridad Biológica y de la Oficina de Regulación Ambiental y Seguridad Nuclear, una de las instituciones encargadas de conceder licencia para este tipo de cultivos.
En esa cita, los expertos pidieron interrumpir esos cultivos hasta tener mayor información y una discusión profunda de la sociedad sobre su impacto ambiental y sanitario.
La reunión fue considerada el primer espacio oficial abierto a las inquietudes de un sector de la comunidad científica cubana por la liberación de organismos genéticamente modificados en el agro de este país caribeño.

IPS: El cultivo de esta variedad transgénica, la FR-Bt1, comenzó en 2008, pero ya desde antes se conocían opiniones adversas. ¿Por qué solo ahora se pide una moratoria que dé lugar a un análisis de ventajas y desventajas?
FERNANDO FUNES-MONZOTE: El tema estuvo silenciado, pero en 2008 se disparó la alarma cuando se sembró, como ensayo de campo, una hectárea que daría lugar a la siembra de 50 hectáreas como antesala para la expansión del cultivo en 2009 a 6.000 hectáreas en varias provincia
Hasta ese momento se pensaba que el trabajo con organismos modificados genéticamente se mantendría en los laboratorios en tanto se tuvieran todas las evidencias de que no causarían daños al ambiente y la salud humana.
En el momento actual creemos que una moratoria permitiría contar con el tiempo necesario para tomar decisiones más conscientes y reflexionar con la participación de toda la sociedad. Quien crea que este es un problema exclusivo de la ciencia y que los decisores tienen la última palabra, se equivoca.
IPS: ¿Considera que se violaron normas y regulaciones?
FFM: Se está violado el principio precautorio. Es decir, no hay información visible, pública, que nos permita conocer que se tomaron todas las precauciones, y partimos del hecho de que los que tomaron la decisión pudieron haberse equivocado.
Este año es un momento crucial para que se reconsidere la expansión y mantenimiento de este cultivo, porque vence la licencia otorgada por la Oficina de Regulación. Pero nos alertaron de que no es competencia de ellos plantear una moratoria y que la decisión de liberar este maíz tuvo un componente técnico y otro político.
IPS: ¿Cree posible que se detenga un proceso que ya parece bastante avanzado?
FFM: Una moratoria permitiría establecer un proceso de consulta y debate en la sociedad. Hay una decisión política que tomar y también un riesgo político que correr, porque se está viendo a Cuba como promotora de los transgénicos que el mundo progresista rechaza.
Y no sólo se rechaza por la repercusión del dominio de las transnacionales, sino por el impacto de la tecnología que en la agricultura puede tener efectos adversos en grandes masas de la población y atenta contra el frágil equilibrio biológico. IPS: ¿Qué extensión alcanza el cultivo de esta variedad resistente al gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) y tolerante a herbicidas? ¿En qué condiciones se ha sembrado?
FFM: No se ha informado la extensión para este año. Según la licencia, se puede cultivar la variedad FR-Bt1 en predios desde La Habana hasta Camagüey (una distancia de 534 kilómetros). Se excluye la occidental Pinar del Río y la región oriental, pero ¿quién podría asegurar que las semillas no han cruzado estas fronteras?
No se conocen los resultados ni cuántas áreas fueron sembradas en total. Hubo un encuentro en el Centro Nacional de Seguridad Biológica para informar sobre el resultado del primer año de cultivo, pero no quedó nada escrito sobre el asunto. Sin dudas ha habido falta de transparencia en todo este proceso, que compete a toda la sociedad.
IPS: ¿Pero usted y otros expertos han podido observar directamente en el campo cómo se está desarrollando esta siembra de maíz transgénico?
FFM: Por lo que vi en (la central) Sancti Spíritus puedo afirmar que no se están teniendo en cuenta las orientaciones de seguridad biológica. Es decir, la tecnología no se está aplicando como originalmente se concibió, lo que pone en riesgo las variedades tradicionales de maíz y, como afirman sus promotores, provoca “la muerte de la tecnología”.
No todos los campesinos están siguiendo las indicaciones tecnológicas, ni tuvieron la debida capacitación o asistencia técnica. Vimos que algunos se han pasado la semilla de unos a otros, la siembran sin precaución alguna y desconocen las condiciones claramente definidas por el Centro Nacional de Seguridad Biológica.
IPS: ¿Cuáles son los principales riesgos que tiene la aplicación de esta tecnología en las condiciones de Cuba?
FFM: El riesgo fundamental para el movimiento agroecológico, que tiene ya unos 20 años en nuestro país, está en la expansión de una tecnología que atenta contra la diversidad y reduce la capacidad de las variedades criollas para adaptarse, por ejemplo, al cambio climático, a la sequía, o a cambios de temperatura.
La producción de maíz en Cuba, como el resto de la producción agropecuaria, enfrenta muchos otros retos y es erróneo pensar que los transgénicos incrementarán el rendimiento.
Sobre eventuales daños a la salud humana, es necesario hacer pruebas que demuestren que este maíz transgénico realmente puede ser consumido sin peligro en los hogares cubanos. Si esas comprobaciones fueron realizadas, deberían estar disponibles.

* Este artículo es parte de una serie de reportajes sobre biodiversidad producida por IPS, CGIAR/Bioversity International, IFEJ y PNUMA/CDB, miembros de la Alianza de Comunicadores para el Desarrollo Sostenible (http://www.complusalliance.org).

http://www.tierramerica.info/nota.php?lang=esp&idnews=3759

La corporación Monsanto “regala” 475 toneladas de semillas transgénicas a Haití

De mal en peor para el pueblo de Haití que, después de ser sacudido en enero por un brutal terremoto, este se convierte en la excusa perfecta para que los escurridizos brazos de Monsanto ofrezcan su supuesta ayuda con un regalo de 475 toneladas de semillas genéticamente modificadas. Este regalo ha sido respaldado por la embajada de Estados Unidos en Haití.
Habría que preguntarle a los haitianos si saben que esta misma compañía se dedica subrepticiamente a las armas biológicas y fabricó el famoso Agente Naranja que en Vietnam envenenó tanto a vietnamitas como a soldados de EUA.
¿Saben los haitianos que estas semillas han sido declaradas como peligrosas en varios países? Normalmente las semillas vienen junto con un herbicida llamado «Roundup» que contiene glifosato, contaminante del agua, aunque Monsanto insiste en que es biodegradable. La Academia Americana de Medicina Ambiental concluyó que estudios en animales demuestran una relación causal entre alimentos modificados genéticamente y la infertilidad, el envejecimiento acelerado, insulina disfuncional, alteraciones en órganos y problemas inmunológicos. El documental «The Corporation» denunció lúcidamente las atroces prácticas de empresas como Monsanto, la cual incluso ha llevado al suicidio masivo a agricultores en la India. Y el sitio Alternet.org ha estado documentando la oscura realidad de la comida en Estados Unidos.
Mientras tanto, en un poco de humor negro, Linda Fischer, ex empleada de Monsanto, ha sido nombrada directora de la Agencia para la Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA). Y Michael Taylor, quien fuera vicepresidente y principal cabildero de Monsanto ante el Congreso de Estados Unidos, ha sido nombrado Consejero al Comisionado de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) por el presidente Barack Obama. El Huffington Post escribre sobre Taylor: «La persona que puede ser responsable por la mayor cantidad de muertes y enfermedades relacionadas con alimentos en la historia ha sido nombrada zar de seguridad en los alimentos de Estados Unidos. No es broma».
Según el Center for Reaseach on Globalization, las semillas son sólo la carnada, públicamente un regalo, y los granjeros tendrán que darle regalías a esta oscura empresa, que quizás ahora quiera afincarse en la tierra del vodú con sus semillas.

Fuente:
http://pijamasurf.com/2010/05/monsanto-hace-vudu-al-mismo-haiti-regala-475-toneladas-de-semillas/
http://pijamasurf.com/2009/07/obama-nombra-a-ex-vicepresidente-de-monsanto-zar-de-alimentos/

Maíz en Pinar del Río

Resolución No. 37 de 2009. LICENCIA DE SEGURIDAD BIOLÓGICA

Resolucin No 37 del 2009.pdf

Fuertes debates sobre el maíz transgénico en Cuba

La Habana, 18 sep.- Preocupados por la liberación en los campos cubanos del maíz transgénico FR-Bt1, científicos y activistas no gubernamentales de la isla caribeña analizaron los peligros de este hecho, en un encuentro celebrado el pasado 16 de septiembre en el Centro Nacional de Seguridad Biológica (CNSB) de la capital de Cuba.
En la cita, coordinada por el ingeniero Fernando Rafael Funes Monzote, se visionaron una selección de videos tomados por el agrónomo Narciso Aguilera Marín, donde se constatan violaciones en el protocolo de liberación del maíz FR-Bt1 en campos de la provincia de Santi Spíritus, en el centro de la isla.
Según trascendió durante la reunión, en el espirituano Valle de Caonao, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) desarrolla un proyecto experimental de siembra del FR Bt1 y ha llevado a cabo entrega de semillas a algunos agricultores de la zona.
Campesinos de la cooperativa Julio Tápanes, ubicada en esa provincia, desconocían buena parte de las recomendaciones para cultivar y consumir el mencionado maíz transgénico, según los materiales audiovisuales. De esta manera, se pone en riesgo todo el proceso de liberación, las personas involucradas y variedades de maíz natural, que tradicionalmente siembran los agricultores cubanos.
El paquete tecnológico del maíz transgénico exige procedimientos estrictos como distancias específicas de siembra, aplicaciones de herbicidas y plaguicidas, fertilización, riego, y rígidas medidas de control y protección de las personas y el ecosistema, según fuentes especializadas.
Pero expertos y activistas insistieron en que el proceso de liberación del maíz FR-Bt1 en cultivos de la isla caribeña no se ha realizado de manera clara. Además, escasas son las informaciones sobre el impacto en la salud humana de este transgénico y el riesgo de atentar contra la diversidad biológica.
Alfredo Abuín Landín, de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas, solicitó al Programa Nacional de Biotecnología Agropecuaria en Cuba pruebas sobre la toxicidad de la proteína insecticida Cry, insertada en el genoma del maíz, y con potencialidad para interactuar con el sistema inmunológico humano.
La información del proceso de autorización no es pública; solo el resultado, dijo Juan Carlos Menéndez, director del CNSB, en respuesta al reclamo de evidencias de las pruebas realizadas.
No obstante, Menéndez certificó que el FR-Bt1 es apto para el consumo humano y animal. A modo de recordatorio, comentó que el boniato transgénico hace años se cultiva en la provincia central de Villa Clara.
Insistió, además, que la política cubana apoya la transgénesis. Sin embargo, Cuba firmó este año la Declaración de Cochabamba, la cual reniega categóricamente de la explotación de cultivos transgénicos.
El Estado cubano no prohíbe el uso e importación de transgénicos para cualquier destino, incluyendo la alimentación, así como de organismos vivos modificados biogenéticamente. Pero, tales actividades deben someterse a un riguroso proceso de evaluación de riesgo, según las leyes vigentes en el país.
El sistema regulatorio de bioseguridad cubano tiene como momentos trascendentales la firma del Decreto Ley 190, en 1999, y la entrada en vigor del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad de la Biotecnología, en el 2003.
Lenia Arce Hernández, también del CNSB, llamó la atención en el hecho de que el Protocolo de Cartagena reconozca los beneficios de la biotecnología, pero se concentre sobre todo en los riesgos de esta para la vida en el planeta. Señaló varios aspectos necesarios para estos procesos que no se abordan en el mencionado Protocolo.
Cuba cumple aproximadamente el 85 por ciento de lineamientos establecidos por esa instancia internacional, en un sistema de seguridad biológica que se distingue por tener una visión interdisciplinaria única en el mundo.
Los participantes en el debate reclamaron a los expertos su participación en las consultas, parte esencial en el otorgamiento de licencias, y señalaron la carencia y retardo en la presentación de dictámenes y criterios especializados sobre el maíz transgénico.
Durante el encuentro fue entregado al CNSB un expediente que compila informaciones de utilidad, y se solicitó de manera informal una moratoria de la liberación de maíz transgénico en el país.
Tanto Ulises Fernández, director de la Oficina de Regulación Ambiental y Seguridad Nuclear, como el director del CNSB, se comprometieron en poner todas las inquietudes y pruebas presentadas en manos del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
La promoción, participación y educación ciudadana acerca de estos temas quedó como una meta a lograr en la sociedad cubana contemporánea. Otras iniciativas como la presentación legal de demandas y la realización de otro taller científico sobre el tema, fueron propuestas por varias personas del público.
El encuentro podría considerarse el primer espacio oficial abierto a las serias preocupaciones de un sector de la comunidad científica cubana sobre el maíz transgénico.
Con anterioridad, la Facultad de Biología de la UH y en la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre también acogieron debates sobre el tema de gran impacto social y científico. Por primera vez, según la profesora Nilda Pérez Consuegra, de la Universidad Agraria de La Habana, un grupo de científicos cubanos se unen en contra de la aplicación de una tecnología (2010).

[Tomado del sitio VOCES: http://cubaalamano.net/voces/index.php?option=com_content&task=view&id=1128&Itemid=2]

Transgénicos en Cuba, necesidad urgente de una moratoria

Fernando R. Funes Monzote

El problema.

La introducción de transgénicos en Cuba es un asunto más relevante de lo que algunos podrían pensar. Las consecuencias ecológicas, económicas, sociales y políticas de esta decisión no deberían subestimarse. A pesar de las advertencias y reclamos de un creciente número de personas preocupadas, el programa original no se ha detenido. En estos momentos resulta imprescindible y urgente una moratoria que permita reflexionar -a todas las instancias- sobre los riesgos probados y probables a que nos exponemos.

La carencia de información y transparencia sobre el tema preocupa a quienes hemos expresado reiteradamente la necesidad de un debate abierto y participativo sobre una cuestión tan relevante. La manera excluyente en que se han tomado decisiones al respecto, puede estar hipotecando el futuro de la nación en nombre de la urgencia y «necesidad» de alternativas para resolver el problema alimentario y sustituir importaciones. Los defensores de la tecnología subestiman, ignoran o acusan de anticientíficos a aquellos que nos oponemos o simplemente a quienes dudan de la pertinencia de haber introducido el maíz transgénico FR-Bt1 en el país. Las decisiones de escalado quedan en manos de personas que poco o nada conocen del origen y riesgos de esta tecnología, pues no se han presentado datos con rigor científico sobre sus supuestas ventajas.

Vale repetir que el problema de la alimentación en Cuba no tiene que ver con la falta de tecnologías. La ciencia cubana cuenta desde hace mucho con soluciones efectivas y apropiadas para nuestras condiciones desde el punto de vista ecológico y socioeconómico. Se ha demostrado que un modelo agroecológico, de bajo impacto ambiental, alta diversidad genética, tecnológica y sociocultural; desarrollado a pequeña y mediana escala, tiene el potencial de alimentar a la población cubana. El problema es que no se han invertido suficientes recursos en este modelo que algunos decisores y encumbrados científicos han considerado como un paliativo y no como una estrategia de futuro. Hay mucho que hacer en términos organizativos, tecnológicos, sociales y ecológicos para producir más alimentos antes que optar por una tecnología tan riesgosa como la transgénesis.

¿Qué hacer?, es la pregunta. No hacer nada y dejar que se derrumbe por sí sola como otras tecnologías similares, es la recomendación de algunos que optan por no presentar posiciones divergentes sino conciliadoras. En el pasado se han derrochado cuantiosos recursos a causa del silencio y la complacencia, por el aquello de que «siempre hay una buena oportunidad de quedarse callado». Mucha de la ciencia «objetiva» que se genera no tiene vínculo alguno con la sociedad y, por ende, atenta contra esta. Por eso hoy los gobernantes y los políticos tienen mucha más responsabilidad que antes. Las consecuencias de una equivocación serán mucho más dramáticas e incontrolables. El riesgo solo puede minimizarse o asumirse con información, participación y precaución. En el caso que nos ocupa, ninguno de estos tres elementos está siendo considerado.

¿Quién es el enemigo?

Un funcionario recientemente afirmó que el libro Transgénicos ¿qué se gana? ¿qué se pierde? Textos para un debate en Cuba «le hace el juego al enemigo». Aseveración tan paradójica como retadora. Pero, ¿quién es «el enemigo»? ¿Aquellos que se frotan las manos con la introducción de transgénicos en Cuba o quienes tienen una posición anti-transgénicos? ¿Por qué habría que aceptar complacientemente la idea de que existe un transgénico «socialista»? ¿Por razones ideológicas o por razones científicamente fundadas? ¿De qué ideología y de qué ciencia estaríamos hablando? Aquí hay que tomarse un momento y reflexionar sobre la conexión tecnología-ideología en la génesis de los modelos agrícolas y aplicación.

Creo firmemente que no se trata de buscar al «enemigo», que como ya se ha afirmado puede estar en la misma actitud de algunos que se autoproclaman revolucionarios. Sobre la conexión tecnología-ideología es prudente recalcar una cita que la estudiante quebequense de estudios ambientales Mélanie Bélanger, citó de Levins (2005) 1 en su artículo «Respuesta al Dr. Carlos G. Borroto. De los «transgenéticos» socialistas milagrosos» publicado en este sitio Rebelión el 28 de mayo de 2010:

«(…) la ciencia evoluciona acorde con las necesidades de la industria y sus filosofías dominantes. Al fin y al cabo, la lucha entre una agricultura altamente tecnológica-química y una agricultura ecológica es también una lucha entre una visión mecanicista/reduccionista y una visión dialéctica de la naturaleza y de la ciencia. Pero, lamentablemente y demasiado a menudo, algunos socialistas caen en un progresismo pasivo que solamente ve un costado de la contradicción, imagina solamente una vía de progreso a lo largo de la cual las cosas son más avanzadas o más atrasadas. Luego imaginan que tecnologías capitalistas pueden ser adoptadas integralmente para fines socialistas. Esta admiración hacia la tecnología burguesa ha sido precisamente uno de los elementos de fracaso de la desastrosa historia de la industria soviética» (Levins, 2005: p.175-176).

Falta de transparencia

Cuba liberó el maíz transgénico FR-Bt1 y este se extiende inconteniblemente. El público que conoce sobre los riesgos e implicaciones de tal decisión está preocupado, alarmado y desconcertado por ver como continúa su expansión. La noticia publicada en el periódico Juventud Rebelde que asegura la existencia de una «estrategia dirigida a sembrar alrededor de 200 caballerías (2684 hectáreas)» de este cultivo en la provincia de Sancti Spíritus, activó nuevamente las alarmas. ¿Cuál será el área total sembrada en el país en el 2010? ¿Por qué no se ha ofrecido esta información? ¿Acaso serán 10 000 o 15 000 hectáreas? Ya se ha hablado de sembrar 40 000 hectáreas de soya con apoyo técnico brasileño y se comenta que este cultivo será «liberado» próximamente.

El maíz transgénico se introdujo con la anuencia de las autoridades competentes designadas por el Estado para tal fin, quienes recibieron documentación que consideraron válida para afirmar, en ese momento, que era posible correr el riesgo para el medioambiente y para la salud humana, pues garantizaba el incremento de la producción de alimentos. Pero… ¿de qué documentos estamos hablando? ¿Dónde están los estudios científicos que avalan la inocuidad ambiental y para la salud humana de este transgénico cubano? ¿Ha tenido usted acceso a esos estudios? ¿Por qué son secretos y clasificados tales documentos? ¿Qué métodos habrán empleado los promotores de la tecnología para convencer a las autoridades del Ministerio de la Agricultura de que el maíz transgénico tiene un rendimiento mayor que otras variedades ya empleadas? ¿Les habrán mostrado algún estudio serio del asunto? El debate carece de estos importantes elementos. Si asumimos que el incremento del rendimiento es el objetivo fundamental de la introducción de esta variedad, que ameritaría todas las inversiones y riesgos por correr, ¿por qué un estudio tan simple como puede ser la comparación entre variedades transgénicas y no transgénicas debería ser secreto?

E n una reunión celebrada el día 16 de julio pasado en la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana, se acordó que se formaría una comisión para realizar estudios de inocuidad a cargo de otras instituciones entre las que el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) no estaría incluido. Podría parecer un paso de avance, pero ¿sería este también un reconocimiento de que se procedió a la aprobación de la licencia sin tener suficientes argumentos o que estos estudios no fueron realizados antes? No debe perderse de vista que el problema original tiene vínculo directo con esa institución que fue la que introdujo el transgénico y, por tanto, debe ser la principal responsable de demostrar tal inocuidad a los organismos competentes y a la sociedad.

Es correcto que otras instituciones se enfrasquen en este objetivo complejo y costoso, sin embargo, la ciencia ya ha demostrado suficientemente los riesgos del empleo de transgénicos en la producción de alimentos, lo que no se ha demostrado convincentemente es su inocuidad. El principio de la equivalencia sustancial es erróneo e inaceptable. Mientras tanto, el maíz FR-Bt1 sigue expandiéndose y se prevé la introducción de otros cultivos. Para que sea un proceso transparente y comprometido, lo primero es detener de inmediato su siembra en condiciones comerciales y hacer que regrese a los laboratorios o áreas experimentales controladas.

El maíz de las seis mazorcas

L a diseminación acelerada de la variedad transgénica de maíz FR-Bt1 atenta seriamente contra la biodiversidad de las razas criollas. Al reducir la heterogeneidad genética, limita considerablemente la capacidad de adaptación de los sistemas campesinos a las variaciones del clima. Con el empleo masivo de una variedad de maíz transgénico veremos venir años malos y años peores.

El imaginario popular campesino cubano ha llevado la noticia de boca en boca : «este es el maíz de las seis mazorcas»… y la semilla se pasa de mano en mano sin control. Hace pocos días un campesino me aseguró que había sembrado en su finca aquel maíz milagroso que alguien le «consiguió». Muy pronto pudo comprobar que, al igual que otras variedades que conoce, este también tenía solo dos mazorcas y no rindió más que el criollo que suele sembrar. Lo que él no sabía era lo que no podía ver: este «maíz milagroso» llevaba dentro una información genética que lo hace comportarse de forma diferente. Lo sembró igual que al tradicional, no utilizó herbicidas y no tuvo problemas de plagas, como con la semilla criolla que habitualmente emplea. No conocía de la necesidad de sembrar un refugio , como tampoco tenía idea de lo que es la insectorresistencia . ¿No es que de acuerdo con los reglamentos de seguridad biológica los campos transgénicos deben mantenerse bajo estricto escrutinio, evitando su diseminación descontrolada? En teoría, el Centro de Seguridad Biológica, apoyado en las estaciones provinciales del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), debe velar por que agricultores que no están dentro del programa empleen estas semillas. Pero, ¿quién lo podría evitar después de destapada la Caja de Pandora? ¿Cómo hemos llegado a este punto? ¿Qué nos ha conducido a esta absurda encrucijada? ¿Cómo salir de ella?

La falsa expectativa de lograr mayores rendimientos con el maíz transgénico FR-Bt1 se riega como la pólvora en el campo cubano, y sobre todo porque llega en forma de directiva, cual si fuese la varita mágica que solucionará la escasez de alimentos y que reducirá importaciones. El «paquete» viene acompañado con recursos de los que el maíz tradicional nunca dispuso, siendo un cultivo de rotación muy bien conocido por los agricultores. Aún así, no existe una evidencia creíble de su efectividad.

E l aumento de rendimiento ha sido uno de los caballos de batalla de los promotores de los transgénicos. En los Estados Unidos, el país donde por más tiempo y con mayor área agrícola se ha implementado la siembra de estos cultivos, se realizó un estudio a largo plazo que revela su fracaso en términos de rendimiento. Entonces surge la pregunta evidente: ¿Si no incrementan los rendimientos, por qué se han expandido tanto en todo el mundo? ¿Qué es lo que hace a los transgénicos tan atractivos para los agricultores? El reporte «Failure to yield», por supuesto, descalificado por Monsanto, disponible en: http://www.ucsusa.org/assets/documents/food_and_agriculture/failure-to-yield.pdf intenta clarificar algunas de las dudas que puedan existir sobre el supuesto incremento de los rendimientos del maíz transgénico.

Atentado contra la agricultura campesina

L a introducción al medio natural de organismos transgénicos en Cuba desconoce los llamados de alerta sobre sus implicaciones. El problema no es la manera en que se use la tecnología, sino la tecnología en sí misma por nociva, peligrosa e inútil, un verdadero atentado a la agricultura campesina. Aunque se disfrace de ecológica, al supuestamente emplear Ecomic, Fitomas u otras alternativas orgánicas, la realidad es que la tecnología, desde su propia creación y propósito, se concibió para el uso de herbicidas, terrazas planas y un andamiaje tecnológico que ni está ni estará al alcance de los agricultores pequeños cubanos. Entonces, ¿por qué involucrar a los campesinos en esta aventura? La hipótesis de que los cultivos transgénicos refuerzan la Soberanía Alimentaria es rechazada desde hace mucho por todos los movimientos sociales del mundo.

Transnacionales como Monsanto, Syngenta y otras han relacionado los transgénicos con la agricultura ecológica como una estrategia comercial, pero sin un demostrado sustento científico. El modelo de producción que propone el CIGB para el cultivo de transgénicos es divergente de la agroecología, socava el desarrollo que esta ha tenido durante los últimos 20 años en la Isla y constituye un fuerte revés al movimiento agroecológico cubano. La Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), coordinadora del Movimiento Agroecológico de Campesino a Campesino debería reflexionar seriamente sobre esto. Así, la alternativa agroecológica se ve amenazada en sus tres pilares básicos: diversificación (genética y tecnológica), descentralización (disminución de la escala y participación) y autosuficiencia alimentaria.

Aún quedan innumerables oportunidades, capital social, reservas productivas, tecnología, tierra, posibilidad de implantar m ecanismos económicos, entre otras alternativas para incrementar la producción de alimentos en Cuba y sustituir importaciones. Se conoce que los bajos rendimientos que hoy se logra en la mayoría de los cultivos y la deprimida producción animal, pueden duplicarse con pequeños ajustes de manejo. Por otra parte, parecen insuficientes, pero no es poco que tengamos 1.5 millones de trabajadores agrícolas. Desde el siglo XV ya una persona podía producir para 10. Lo que realmente necesitamos es invertir recursos financieros para que se pueda hacer agricultura familiar y para que los agricultores tengan condiciones que les permitan trabajar y vivir decorosamente en el campo.

Urgencia de una moratoria

Si es que existen y no fueran secretos, el público cubano debería conocer la metodología y los resultados de los estudios que garantizan la inocuidad del maíz FR-Bt1. Es necesario propiciar el debate en espacios públicos y que el tema no continúe secuestrado a lugares cerrados y auditorios reducidos. En tanto no se realice el debate y se llegue de manera participativa a decisiones democráticas, debe implantarse una moratoria al uso de cultivos transgénicos en Cuba. Es imprescindible aplicar el principio precautorio hasta que queden asuntos clave por discutir, en aras de tomar decisiones más conscientes y responsables. Continuar diseminando transgénicos es una muestra de irresponsabilidad, soberbia e irrespeto a la opinión y a la voluntad de los cubanos de definir su destino. Por eso, antes de renovar las licencias otorgadas para este cultivo, que se vencen este año 2010, se impone una moratoria. Quien tenga la competencia para promover y hacer cumplir esta medida, debería hacerlo.

1 Levins, Richard. 2005. «A Left Critic of Organic Agriculture». New International, no.13: 175-176.

* El autor de este texto es Agroecólogo, PhD de la Estación Experimental «Indio Hatuey» de la Universidad de Matanza, Cuba

Tomado de: www.kaosenlared.net/noticia/transgenicos-cuba-necesidad-urgente-moratoria